El oro y el barro.

Quizás en este caso, el oro se fue convirtiendo en barro lentamente, con un trabajo permanente en ese sentido, a fuerza de escándalos familiares, con hermanos infieles y supuestamente estafadores, ataques de amor y celos adolescentes con muchachos de la edad de su hijo, inestabilidad emocional permanente y varios ingredientes cuasi bizarros, han convertido lo que fue el programa de radio más escuchado en AM, en un cotorreo triste y deslucido.
Ya pasó el tiempo en que esa voz gritona imponía los temas del día y hasta se levantaban sus comentarios en la tv. Abierta (aunque sea tan sólo para criticarlos). Hoy uno se encuentra con un programa aburrido, triste, con un conductor cantando sin parar con una voz insoportablemente desafinada, que además elige un repertorio cada vez más insulso y dedica en forma encriptada, sus cantos a vaya a saber uno a quién. Da la sensación de estar en un bodegón orillero con borrachos y un cantante viejo que sigue en pie para resistir la muerte.
El desorden entre los columnistas y el conductor, que parece ausente, es muy evidente. Ahora todos quieren protagonismo, se hacen chistes internos, la locutora que adelgazó cinco kilos y se cree estrella ,en fin, es un cotorreo desorganizado que suma al desorden de ideas que reina. El nuevo médico que incorporaron, desde la época de G.Barbarrosa que no aprende a hablar y respirar como un humano más y que además de consejos, está haciendo la residencia de gracioso en el programa, cosa que no le va.
Y el que debe dirigir la orquesta, está como ido, canta y lee mensajes de la gente, especialmente lo que lo alaban o le piden que siga cantando.
En resumen, el que escucha un rato el programa, podrá asistir al derrumbe, a la caída silenciosa de lo que alguna vez fue un exitoso programa de radio.
El Oro ya perdió su color y brillo, hoy se parece más a una oscura caricatura de él mismo con olor a viejo y color a barro.