Códigos...

Este comentario está dedicado especialmente a los que se llenan la boca hablando de “maltrato” adjudicándolo directamente a la persona de Sofovich.
Como se ha publicado en todos los medios, Ileana Calabró está analizando una propuesta de Gerardo Sofovich para protagonizar No somos Santas. Este hecho no es menor a los fines de analizar conductas y códigos de vida. Cuando se produjo ese incidente en cámara, donde Ileana se desubicó por hacerse la graciosa y no midió el alcance de sus palabras, no fue aprovechado para salir a despotricar como modo de doblar la apuesta. Todo lo contrario, siempre tuvo una actitud de sincero arrepentimiento y un reconocimiento total de lo que había generado. Ahí se vieron los códigos, la crianza. Hasta Juan Carlos, su padre, le pidió disculpas a Gerardo y ofreció pagar de su bolsillo el cachet de su hija como modo de compensación del agravio, pero pidiéndole que siga en la obra. Esas actitudes sólo la tienen la gente de bien. Obviamente ese incidente pasó a olvido entre ambos y no melló la excelente relación que tuvieron, incluyendo a Juan Carlos, por supuesto.
Además ese gesto que tuvo Ileana y su padre respondía también a una deuda moral que tenían cuando Gerardo como productor de la obra que encabezaba Ileana en ese momento tuvo que comprometer su autoridad y tomar una terminante definición en el hecho que tuvo como protagonista a la viuda de Hugo Moser, cuando aparentemente, por alteraciones de sus facultades mentales o maldad en estado puro, generaba permanentes conflictos en el elenco y enfrentamientos, llegando al límite de mortificar de tal modo a Ileana, que el día del debut la hizo llorar en cámara. Y a Gerardo no le importó que se iba a decir de él o si era políticamente correcto, como todo buen nacido y además productor de la obra, puso fin a ese tormento que estaba pasando el elenco e Ileana en particular. Y a la viuda no la descalificó, ni la insultó, sólo la puso en el lugar que se merecía acorde a sus actitudes, la calle. Y como contracara defender a una mujer que estaba sufriendo y llorando por las malditas actitudes de una mujer con desequilibrios psicológicos.
Hoy asistimos a otra actitud de nobleza y códigos de vida, Gerardo convoca otra vez a Ileana para trabajar con él encabezando una comedia musical.Más allá del resultado de las negociaciones, lo que es dable resaltar es como algunos intentan teñir la realidad de amarillo y en forma tendenciosa, mientras que los protagonistas se manejaron siempre con verdadero códigos de respeto mutuo y nobleza. Cosa que algunos “cara doble faz” no logran entender.