El ocaso de Ante Garmaz

Ayer, en canal 26, vi una nota que le estaban haciendo al diseñador Laurencio Adot y a su lado estaba el Gran Ante Garmaz quién fuera un pionero de las bizarreadas televisivas, con su extraña manera de hablar y conjugar los verbos, su imagen adornada siempre con capa, bastón y sombrero. Combinaciones personales de colores. La locución de su “El mundo de Ante Garmaz” hecha por Juan Carlos Aguirre que era la frutilla de la torta. Pero más allá de todas esas cosas que, por lo menos a mí, me causan una gracia sana. Siempre fue un buen tipo, de hecho se podría haber beneficiado mucho y le remataron hasta su casa, en la Av Sta. Fe. Todo esto viene a cuento del impacto que me produjo verlo en pantalla nuevamente, físicamente está muy bien, pero me quedé tristemente sorprendido por su deterioro mental, en primer lugar le costaba hablar como si se tuviese la dentadura suelta dentro de la boca, presté atención y no era eso. La voz cambiada, muy ajada, repetía cada dos segundos que tenía ochenta años, contestaba cualquier cosa. Tenía un par de ideas en la cabeza que las repetía , en fin, lo vi divagante, ido. Engaña su aspecto, ya que se mantiene, pero cuando habla, se nota que no está lúcido, ni mucho menos. La notera era Pía Show, no sabía como remarla, porque creo que no se imaginaba que lo iba a encontrar así.